Tiempo de Historia – 29/07/2012
La Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo de la Sauceda y el Marrufo presentó el jueves 26 de julio de 2012 una denuncia ante el Juzgado nº 1 de Jerez de la Frontera por el hallazgo de restos óseos humanos con signos de violencia en la finca del Marrufo, en el término jerezano en el límite con los de Ubrique, Jimena de la Frontera y Cortes de la Frontera, en la confluencia de las provincias de Cádiz y Málaga. La denuncia, rubricada por Andrés Rebolledo Barreno, en representación de la entidad que agrupa a los familiares de las víctimas, se basa en la legislación internacional relativa a “crímenes de lesa humanidad”.
Esta asociación promueve desde el pasado 2 de julio los trabajos arqueológicos encaminados a la exhumación de los cuerpos de las personas que fueron fusiladas sin formación de causa entre noviembre de 1936 y febrero de 1937 en este cortijo privado, convertido en destacamento militar en el que se practicaron detenciones ilegales, torturas, asesinatos masivos y sepulturas clandestinas en fosas comunes. Tras la presentación de la denuncia, que se interpuso en el Decanato de los Juzgados de Jerez, que a su vez lo trasladó al Juzgado número 1, la misma asociación procedió a denunciar los mismos hechos en la Comandancia de la Guardia Civil de Jerez de la Frontera, que la remitió a la comandancia de Ubrique, la más cercana al lugar donde se están excavando las fosas comunes. Seguidamente, hacia las cuatro de la tarde, se personaron en el Marrufo dos agentes de la Guardia Civil de Ubrique, que levantaron un atestado y regresaron al cuartel. A continuación, hacia las 19:30 horas, se presentaron en el lugar de las excavaciones los mismos agentes acompañados de dos miembros del Servicio de Investigación Criminalística de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz. Éstos procedieron al levantamiento del acta y la toma de fotografías de las fosas, con las evidencias de violencia en los cuerpos sepultados.
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