“desde las entrañas de la tierra mandó que echaran de momento, sólo de momento, una loza de mármol de 1.500 kg sobre su memoria. En cuanto lo cubrió la loza, de los genitales del fiambre comenzó a brotar una greña coronada con una cruz hasta 300 m. de altura, todo de granito de Colmenar, con una base orlada con los cuatro evangelistas. Era la primera vez en la historia que se veía a un dictador enterrándose a sí mismo. La Cruz de Cuelgamuros, a continuación, comenzó a extender los brazos: uno llegó hasta la Costa da Morte y otro hasta Gibraltar. Los cuatro evangelistas alargaron las manos en todas las direcciones hasta cubrir con su sombra todo el mapa de España”.
El azar de la mujer rubia. M. Vicent
Cubrió con su sombra todo el mapa de España. Aún hoy, como digo en el título, el debate permanece abierto al igual quela herida. Y nunca se cerrará definitivamente hasta que haya una voluntad institucional por parte de todos, incluyendo al actual gobierno, empeñado en lo contrario, de manera casi patológica, pero con una intencionalidad claramente ideológica.
Los ejemplos son tantos y variados que me limitaré a citar sólo los más cercanos: homenaje ala División Azulen Cataluña, por parte de la Delegada del Gobierno; mantenimiento, a conciencia, de los vestigios del franquismo que deberían haber sido suprimidos por Ley; reposición en Oviedo de la figura del militar golpista que tomó la ciudad; prórroga de los títulos nobiliarios a golpistas como el “marquesado de Queipo de Llano”, entre otros; Diccionario de la Academia de la Historia; o la citación por parte de Rajoy de “régimen autoritario” y no dictadura; Día del Perro se declaraba al 14 de abril en un municipio malagueño.
En su programa electoral, hablaba de derogar la Ley de Memoria Histórica, de que no dedicaría ni un solo euro para ello. En este caso, el Señor Rajoy está cumpliendo. Y aún más, Esperanza Aguirre hablaba recientemente de la necesidad de un “regeneracionismo”, que Pío Moa completaba añadiendo que fuera inspirado en el franquismo.