Noticias de la Villa – 26/11/2012
La Asociación de Familiares de Represaliados por el Franquismo de la Sauceda y el Marrufo y el Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar, en colaboración con la Junta de Andalucía y la empresa Festina, han convocado para el sábado 1 de diciembre de 2012, a partir de las 12 de la mañana, el acto de homenaje a las 28 víctimas cuyos restos fueron exhumados este verano de fosas comunes del Marrufo. Este acto se celebrará en el cementerio de la Sauceda (situado en el término de Cortes de la Frontera, en la carretera del Puerto de Gáliz a Jimena de la Frontera), recién rehabilitado para esta ceremonia.
Estos restos humanos fueron exhumados durante las excavaciones arqueológicas dirigidas en los meses de julio a septiembre por el arqueólogo Jesús Román Román. Estos cuerpos fueron localizados en siete fosas comunes en la finca del Marrufo, ubicada en el término municipal de Jerez de la Frontera, en el límite con los de Ubrique, Jimena de la Frontera y Cortes de la Frontera, en la confluencia de las provincias de Cádiz y Málaga. Estos cuerpos serán trasladados desde la Casa Verde de Jimena, donde los antropólogos físicos Juan Manuel Guijo y Juan Carlos Pecero han efectuado los últimos estudios científicos, complementarios de los realizados a pie de fosas.
Cabe recordar que estos restos humanos corresponden a personas que fueron enterradas clandestinamente en el mencionado cortijo, tras ser éste ocupado a comienzos de noviembre de 1936 por cuatro columnas sublevadas contra la República en una acción combinada. Previamente, la Sauceda y el Marrufo se habían convertido en el último lugar de resistencia republicana, como refugio de cientos de familias residentes y de otras muchas procedentes de distintos núcleos de los alrededores (Jimena, Cortes, Algar, Alcalá de los Gazules, San José del Valle, el Mimbral, Ubrique), que huían del avance de las tropas rebeldes. Tras ser tomado, el Marrufo se convirtió en un acuartelamiento al mando del jefe de la Guardia Civil de Ubrique, José Robles Alés, que hizo de esta finca un centro de detención, tortura y fusilamientos. La combinación de testimonios orales de descendientes de las víctimas y de investigaciones de archivos indica que en todo el Valle de la Sauceda (entorno en el que se ubica el Marrufo) pudieron ser fusilados sin formación de causa varios cientos de personas entre principios de noviembre de 1936 y finales de febrero de 1937.
El proyecto de exhumación de las fosas del Marrufo estuvo coordinado en su conjunto por Andrés Rebolledo Barreno, presidente de la asociación de familiares, con Fran Gómez como adjunto, y el equipo técnico lo formaron Jesús Román Román, coordinador de las actuaciones arqueológicas; Juan Manuel Guijo, responsable del estudio antropológico físico; Manuel Castro Rodríguez, responsable de los trabajos topográficos; y Fernando Sígler Silvera, coordinador de las investigaciones históricas.
Las obras de rehabilitación del cementerio de la Sauceda (que había quedado en desuso en la década de los años sesenta del siglo XX) han sido financiadas por el grupo Festina.